Las pasturas mejoradas son una de las alternativas más efectivas para aumentar la producción de forraje, mejorar la nutrición del ganado y garantizar la sostenibilidad de los sistemas pecuarios. En Colombia y América Latina, su implementación ha demostrado ser clave para enfrentar la baja productividad de los potreros tradicionales y optimizar el uso de la tierra.
En este artículo encontrarás una guía completa sobre cómo sembrar, manejar y aprovechar al máximo las pasturas mejoradas, con recomendaciones técnicas y prácticas aplicables en finca.
¿Qué son las pasturas mejoradas?
Las pasturas mejoradas son asociaciones o monocultivos de gramíneas y leguminosas forrajeras seleccionadas por su alta productividad, calidad nutritiva y resistencia a condiciones adversas. A diferencia de los pastos naturales, estas especies son adaptadas mediante investigación y mejoramiento genético para responder mejor a la demanda ganadera.
Entre sus principales ventajas:
- Mayor producción de biomasa (forraje por hectárea).
- Mejor digestibilidad y aporte nutricional.
- Mayor tolerancia a sequías o excesos de humedad, según la especie.
- Fijación de nitrógeno cuando se incluyen leguminosas, reduciendo costos de fertiliz
¿Por qué sembrar pasturas mejoradas en tu finca?
- Aumentan la carga animal: permiten sostener más cabezas de ganado por hectárea.
- Mejoran la productividad de carne y leche gracias a su mayor contenido de proteína y energía.
- Recuperan suelos degradados cuando se integran con rotación de cultivos y abonos orgánicos.
- Disminuyen los costos de suplementación, pues el ganado obtiene más nutrientes del pasto.
- Contribuyen a la sostenibilidad mediante mayor eficiencia en el uso de recursos.
Principales especies de pasturas mejoradas en Colombia
Según zona y condiciones climáticas, los técnicos recomiendan:
- Brachiaria brizantha (Marandú, Toledo, Xaraés): alta producción y tolerancia a suelos ácidos.
- Brachiaria híbrida (Mulato II, Cayman): resistentes a plagas y sequías prolongadas.
- Panicum maximum (Mombaza, Tanzania, Tobiatá): excelente calidad forrajera, ideal para corte y pastoreo.
- Leguminosas forrajeras (Leucaena, Centrosema, Arachis pintoi): aportan proteína y fijan nitrógeno en el suelo.
Cómo sembrar pasturas mejoradas paso a paso
- Selección del terreno: elegir áreas con buena capacidad de drenaje y evitar suelos muy compactados.
- Preparación del suelo: análisis de fertilidad, corrección de pH con cal agrícola y aplicación de fósforo si es necesario.
- Métodos de siembra:
- Al voleo: para semillas pequeñas, cubriendo con una capa ligera de suelo.
- En surcos: recomendado para especies de semilla más grande o costosa.
- Siembra vegetativa: en pastos de estolón o rizoma, como el pasto estrella.
- Densidad de siembra: varía según especie; en general, entre 6 y 10 kg de semilla pura viable por hectárea.
- Primer pastoreo: solo después de 60 a 90 días, cuando la planta tenga buen enraizamiento y altura mínima de 30-40 cm.
Manejo de las pasturas mejoradas
Un buen manejo es tan importante como la siembra. Considera estas prácticas:
- Rotación de potreros: evita el sobrepastoreo, dando tiempo a la recuperación del pasto.
- Fertilización: aplicar abonos orgánicos y fertilizantes químicos según análisis de suelo.
- Control de malezas: usar desbroce mecánico o herbicidas selectivos en etapas iniciales.
- Riego suplementario: en zonas secas, garantiza mayor persistencia del pasto.
- Asociación con leguminosas: mejora la calidad del forraje y reduce costos de nitrógeno.
Cómo aumentar la producción de forraje
- Manejo de altura de pastoreo:
- Entrada del ganado: pasto a 35–40 cm.
- Salida del ganado: pasto a 15–20 cm.
- Uso de pasto de corte: especies como Mombaza o King Grass producen gran cantidad de biomasa.
- Suplementación estratégica: en épocas críticas, complementar con sales minerales y bloques nutricionales.
- Manejo de la carga animal: ajustar el número de animales por hectárea para evitar la degradación.
Retos y errores comunes en el manejo de pasturas mejoradas
- Sembrar sin análisis de suelos.
- Dejar entrar el ganado antes de tiempo.
- No implementar rotación de potreros.
- Descuido en fertilización y control de malezas.
Estos errores reducen la vida útil de la pastura y su productividad.
Conclusión
Las pasturas mejoradas son una inversión estratégica para cualquier productor ganadero que busque mayor rentabilidad y sostenibilidad en su finca. Una buena siembra, acompañada de manejo técnico y rotación adecuada, asegura más forraje, mejor nutrición animal y una mayor eficiencia productiva.
Implementarlas no solo impacta en la producción de carne y leche, sino también en la conservación del suelo y la sostenibilidad a largo plazo de los sistemas pecuarios.
Redactado por Croper.com