La Ruta de la Seda Colombia ya es una realidad. Este 17 de mayo de 2025, el presidente Gustavo Petro anunció la adhesión oficial del país a la Iniciativa de la Franja y la Ruta mediante un memorando de entendimiento con China. Este acuerdo busca fortalecer la cooperación en economía, infraestructura, ciencia, tecnología y agroindustria, abriendo nuevas oportunidades comerciales para el sector agropecuario colombiano. Sin embargo, también surgen desafíos en torno a la diversificación de exportaciones y la relación con otros mercados.
Un acuerdo con historia: 45 años de relaciones Colombia-China
Durante su visita a China, el presidente Petro destacó la importancia de este acuerdo en el contexto de las relaciones bilaterales, vigentes desde hace 45 años. La iniciativa busca reducir el déficit comercial, que supera los 14 mil millones de dólares, y potenciar sectores clave como la infraestructura y la reindustrialización.
¿Qué implica la Ruta de la Seda para el agro colombiano?
China es actualmente el segundo socio comercial de Colombia, pero la balanza es desigual. En 2023, las importaciones desde China ascendieron a US$12.372 millones, mientras que las exportaciones colombianas apenas alcanzaron US$6,5 millones. Para el agro, la Ruta de la Seda representa una oportunidad de diversificar la oferta exportadora, con productos como el aguacate Hass y el café como casos de éxito.
Oportunidades y riesgos de la alianza con China
Expertos advierten que si bien la alianza puede mejorar la infraestructura colombiana, también existe el riesgo de replicar problemas observados en otros países, como endeudamiento insostenible y proyectos de baja calidad. La clave estará en negociar acuerdos equilibrados y en fortalecer la capacidad productiva nacional con valor agregado.
Aguacate y café: referentes del agro colombiano en China
El aguacate Hass ha logrado consolidarse en mercados exigentes como Europa y Estados Unidos, y podría ampliar su presencia en China. De igual forma, las exportaciones de café colombiano hacia el gigante asiático han crecido un 300% en los últimos cinco años, posicionando al país como el segundo origen de importaciones chinas de café. Estos ejemplos demuestran el potencial del agro colombiano en la Ruta de la Seda.
Desafíos para Colombia: diversificación y valor agregado
Más allá de las materias primas, Colombia necesita enfocarse en desarrollar bienes y servicios con mayor contenido tecnológico. Expertos señalan que las inversiones chinas no deben limitarse a infraestructura, sino también abarcar sectores que permitan fortalecer la industria nacional y generar empleos de calidad.
Conclusión: una ruta llena de oportunidades y retos
El ingreso de Colombia a la Ruta de la Seda abre nuevas puertas para el comercio exterior y el desarrollo del agro. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad del país para diversificar su oferta exportadora, fortalecer la industria y mantener un equilibrio en las relaciones con socios tradicionales como Estados Unidos.
Tomado de El Colombiano
Editado por Croper