La transformación digital del agro avanza lentamente en comparación con otros sectores, a pesar del crecimiento de las AgTechs y las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial. Durante el Día del Inversor organizado por ADBlick, especialistas analizaron los principales desafíos y oportunidades de un sector que necesita más que herramientas: requiere una nueva mentalidad.
El agro, un sector con baja adopción tecnológica
José Demicheli, CEO de ADBlick Agro, lo resumió con claridad: “El agro, si lo analizamos por clusters, es el sector donde menos ingresó la tecnología digital”. Aunque existen avances importantes en tecnificación productiva, aún queda mucho por hacer en digitalización de procesos, integración de datos y adopción de soluciones tecnológicas a escala.
Según se planteó en el evento, la transformación digital del agro debe pensarse como un cambio estructural, más que como una simple incorporación de herramientas.
Startups, fondos e innovación: el ecosistema en movimiento
La charla también abordó el ecosistema emprendedor vinculado al agro. Desde el financiamiento inicial con las “3 F” (Friends, Family and Fools) hasta el private equity, se repasaron las etapas clave en el crecimiento de startups AgTech.
Juan Pablo Trujillo, economista colombiano y socio en Xperiment Ventures, destacó el rol de fondos de inversión que apuestan por soluciones en etapa temprana. “Invertimos en startups que digitalizan silobolsas, datos del agua o trazabilidad ganadera, porque vemos que la transformación tecnológica del agro también es una transformación de mentalidad”, afirmó.
La experiencia de ADBlick Granos en digitalización
Santiago del Carril, gerente general de ADBlick Granos, compartió avances concretos: digitalización de 170 campos, segmentación en tres zonas por lote, métricas en tiempo real y uso de datos para decisiones de manejo.
“El gran desafío ahora es integrar toda esa información en una única plataforma interoperable, que permita responder en tiempo real ante requerimientos de calidad, trazabilidad y sustentabilidad”, explicó del Carril.
Más que herramientas: el valor está en el uso de los datos
Pablo Poza, consultor experto en inteligencia artificial, fue contundente: “Sin datos, no hay magia. No importa lo bueno que sea el algoritmo”. Para Poza, el verdadero salto no está en adquirir tecnología, sino en adoptar una nueva forma de pensar los datos como un activo estratégico.
Subrayó que el 70% del trabajo en IA se dedica a preparar y organizar los datos, y que el éxito depende más de la estrategia directiva que de las capacidades técnicas. “Hoy no compramos software, adoptamos procesos”, sentenció.
De la ilusión al valor: cómo escalar la innovación
Trujillo advirtió que la adopción tecnológica sigue un patrón repetido: entusiasmo, desilusión y luego valor real. Comparó la situación actual con la llegada de la electricidad o las computadoras: “Solo cuando hay infraestructura y rediseño de sistemas nacen soluciones sistémicas”.
También remarcó que sectores como el agro y la salud apenas comienzan su proceso de digitalización. “La clave está en fusionar el mundo material con el digital para generar valor en productividad”, dijo.
Inteligencia artificial y agentes autónomos: la nueva ola
El uso de inteligencia artificial en el agro ya permite automatizar tareas administrativas y productivas. Poza mencionó el surgimiento de agentes inteligentes capaces de leer correos, extraer datos y cargar información de forma autónoma, lo cual promete transformar múltiples procesos.
Este avance marca una tercera ola en IA: la orquestación de múltiples agentes para soluciones completas, algo especialmente útil en sectores como el agro.
Hacia un nuevo modelo agroproductivo
La conclusión del evento fue clara: la transformación digital del agro no consiste solo en digitalizar procesos, sino en construir un sistema basado en datos que permita decisiones más rápidas, inteligentes y sostenibles.
Juan Pablo Trujillo lo resumió con una idea clave: “El diferencial ya no estará en lo que se produce, sino en cómo se usa la información para agregar valor”. Y Santiago del Carril concluyó: “Este cambio es, ante todo, cultural. Requiere revisar cómo se trabaja, cómo se decide y cómo se conectan los actores del agro”.
Editado por Croper.com
Tomado de: infocampo.com
