La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) está impulsando el uso de sistemas de riego modernos en el campo mexicano, con el objetivo de mejorar la eficiencia en el uso del agua y ampliar la superficie con riego tecnificado. Actualmente, aproximadamente el 20% del área agrícola nacional depende del riego, generando un rendimiento económico superior al de la agricultura de temporal.
En las zonas de temporal, donde la siembra depende exclusivamente de la lluvia, los productores enfrentan desafíos como lluvias irregulares o fuera de temporada. Esto provoca que los cultivos no completen su ciclo de maduración, lo cual impacta negativamente en la productividad y los ingresos del agricultor.
Sistemas de riego más eficientes y adoptados
Entre las opciones más recomendadas se encuentra el riego por cintilla, tanto superficial como subterráneo, el cual permite una mejor distribución del agua directamente en la raíz del cultivo. Aunque su instalación requiere inversión inicial, ofrece un alto retorno en cultivos que demandan precisión en el manejo hídrico.
Por otro lado, el riego por gravedad o riego rodado sigue siendo ampliamente utilizado en muchas regiones. Esta técnica, también conocida como riego por surcos, tiene una eficiencia de aplicación cercana al 50%. Si bien se pierde parte del agua por evaporación o infiltración profunda, también ayuda a recargar los mantos freáticos.
Maíz y sorgo forrajero, principales beneficiados del riego rodado
En zonas como la Comarca Lagunera, donde existen distritos de riego bien establecidos, cerca de la mitad de la superficie bajo riego se destina a la producción de maíz y sorgo forrajero. Estos cultivos son esenciales para la alimentación de ganado y tienen alta demanda en los sistemas pecuarios regionales.
El resto de la superficie se destina a cultivos como alfalfa, nogal, vid y diversas hortalizas como melón, sandía, chile y jitomate. También han ganado terreno opciones alternativas como el higo y la granada, que se adaptan bien a climas secos con manejo tecnificado del agua.
Hacia una agricultura más resiliente
Frente al cambio climático y la necesidad de garantizar seguridad alimentaria, la tecnificación del riego se vuelve una herramienta estratégica. Permite estabilizar cosechas, mejorar la calidad de los productos y hacer más rentable cada hectárea cultivada. La combinación de buenas prácticas agrícolas, selección de variedades adaptadas y tecnologías de riego eficientes es fundamental para enfrentar los retos actuales del campo.
Tomado de Red Agrícola
Editado por Croper