La fiebre aftosa, también conocida como glosopeda, es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta al ganado bovino, porcino, ovino, caprino y otros animales de pezuña hendida. Si bien no representa una amenaza grave para la salud humana, su impacto económico y productivo en la ganadería es devastador. Un brote puede paralizar el comercio internacional, generar restricciones sanitarias severas y provocar pérdidas millonarias.
¿Qué es la fiebre aftosa?
La fiebre aftosa es causada por un virus del género Aphtovirus, de la familia Picornaviridae. Existen 7 serotipos diferentes del virus, lo que dificulta la inmunidad cruzada entre ellos y complica las estrategias de vacunación.
Síntomas de la fiebre aftosa
Los síntomas varían según la especie y la edad del animal, pero los más comunes incluyen:
En bovinos:
- Ampollas en la boca, lengua y pezuñas.
- Salivación excesiva.
- Cojera severa.
- Decaimiento y pérdida de apetito.
- Disminución abrupta de la producción de leche.
En animales jóvenes:
- Puede causar miocarditis («corazón rayado») y muerte súbita.
Importante: Los animales infectados pueden excretar el virus antes de mostrar síntomas visibles, favoreciendo su transmisión.
Formas de transmisión
El virus se propaga a través de:
- Contacto directo entre animales.
- Fomites: herramientas, vehículos, ropa, botas.
- Aire (por aerosoles) en distancias de hasta 10 km.
- Leche no pasteurizada y carne.
Diagnóstico
El diagnóstico temprano es clave para evitar la diseminación del virus:
- Examen clínico de las lesiones.
- Confirmación mediante pruebas de laboratorio:
- Serología (ELISA).
- PCR para detección genética del virus.
- Aislamiento viral.
Ciclo viral y persistencia
El virus puede sobrevivir en ambientes húmedos y en tejidos animales, especialmente en tejidos linfáticos. Animales recuperados pueden actuar como portadores y diseminar el virus sin mostrar síntomas.
Estrategias de Control y Prevención
1. Vacunación
Es la herramienta fundamental en países donde la enfermedad es endémica. Las vacunas deben ser específicas para los serotipos de la región.
- Programas oficiales de vacunación semestral o anual.
- Verificación de títulos de anticuerpos en el hato.
2. Medidas de Bioseguridad
- Desinfección de instalaciones y vehículos.
- Control estricto de movimientos de animales.
- Aislamiento de animales recién adquiridos.
- Uso de ropa exclusiva dentro de las explotaciones.
3. Control de brotes
- Sacrificio sanitario en zonas libres.
- Cuarentena total en áreas afectadas.
- Comunicación inmediata con las autoridades sanitarias.
Impacto económico y social
Un brote puede:
- Frenar las exportaciones.
- Afectar el consumo interno.
- Destruir la producción de leche y carne.
- Provocar pérdida de confianza del mercado.
Por ello, organismos internacionales como la OIE recomiendan mantener programas permanentes de vigilancia epidemiológica.
Recomendaciones Finales
- Mantener actualizado el estatus sanitario del hato: revisar vacunación y registros.
- Fortalecer las medidas de bioseguridad y capacitar al personal.
- Reportar cualquier sospecha temprana para activar protocolos de contención.
Redactado por Croper.com