Rentabilidad desde el manejo técnico
Lograr una cosecha rentable de arándanos no es solo cuestión de sembrar. Se trata de dominar prácticas técnicas que inciden directamente en la calidad de la fruta, la vida útil en poscosecha y el precio final. Con mercados exigentes como EE. UU. o Europa, cada detalle cuenta.
Este cultivo responde bien a la tecnificación, siempre que se apliquen estrategias integradas de nutrición, poda y sanidad vegetal, adaptadas al clima, suelo y variedad.
1. Nutrición balanceada: la base de la productividad
El arándano es muy sensible a desequilibrios nutricionales, especialmente en suelos tropicales. Una buena estrategia parte de:
- Análisis de suelos y foliar periódico. Idealmente antes de cada ciclo productivo.
- Fertirriego bien calibrado. Ajustado a las fases del cultivo: establecimiento, floración, cuajado y llenado de fruto.
- Aplicación de microelementos clave: zinc, boro y manganeso son determinantes en la floración y firmeza del fruto.
- pH del suelo entre 4.5 y 5.5. Puede corregirse usando azufre elemental o enmiendas con materiales acidificantes.
💡 Dato técnico: El exceso de nitrógeno reduce la firmeza del fruto y aumenta la susceptibilidad a botritis.
2. Poda estratégica: más luz, más fruta, mejor calidad
Pocas prácticas tienen tanto impacto en la calidad de la fruta como una poda bien hecha. Esta debe:
- Eliminar madera vieja o improductiva.
- Favorecer la ventilación e ingreso de luz.
- Controlar la altura para facilitar cosecha manual.
- Estimular la emisión de brotes jóvenes, que son los más productivos.
Se recomienda hacer una poda de formación en los primeros dos años, y luego podas de mantenimiento anuales, después de la cosecha.
3. Control sanitario: prevenir es más rentable que curar
Las principales amenazas sanitarias del arándano en Colombia incluyen:
- Botrytis cinerea (moho gris): afecta flores y frutos, sobre todo en zonas húmedas.
- Phytophthora spp.: provoca marchitez y muerte regresiva, muy común en suelos mal drenados.
- Trips y mosquita blanca: afectan brotes jóvenes y pueden reducir el rendimiento.
Buenas prácticas recomendadas:
- Uso de coberturas y drenajes.
- Aplicación preventiva de biofungicidas y extractos botánicos.
- Rotación de ingredientes activos para evitar resistencia.
- Monitoreo semanal con trampas y muestreo de campo.
Recomendaciones finales para una cosecha exitosa
- Registra todos tus manejos (fertilización, riegos, aplicaciones), te ayudará a tomar mejores decisiones.
- Invierte en herramientas de monitoreo (como sensores de humedad o análisis foliares digitales).
- Apuesta por alianzas con técnicos especializados o plataformas como Croper.com, donde puedes encontrar insumos, asistencia técnica y tecnología de precisión.
¿Y si pudieras producir más sin gastar de más?
Una cosecha rentable no siempre requiere más insumos, sino usar mejor lo que ya tienes. Las Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) no solo mejoran tu producción, también te preparan para vender a mejores mercados, cumplir certificaciones y reducir pérdidas.
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Redactado por Croper.com