Mantener la calidad del arándano es un desafío crucial para productores y exportadores, ya que este fruto delicado es altamente sensible a factores como la manipulación, la temperatura y el transporte. Aplicar estrategias integrales desde el cultivo hasta la distribución es clave para conservar su sabor, textura, apariencia y valor nutricional, asegurando que llegue al consumidor en condiciones óptimas.
1. Selección de variedades y manejo del cultivo
La calidad del arándano comienza en el campo:
- Variedades resistentes y adaptadas: Elegir cultivares que se adapten al clima y suelo locales mejora la firmeza y tamaño del fruto.
- Prácticas de poda y fertilización: Poda adecuada y nutrición balanceada fortalecen la planta, aumentando la consistencia y uniformidad de los frutos.
- Control de plagas y enfermedades: Evitar daños físicos y químicos mediante programas de manejo integrado garantiza que el fruto llegue intacto a la cosecha.
2. Cosecha cuidadosa
La recolección es un momento crítico para preservar la calidad:
- Madurez óptima: Cosechar cuando los frutos alcanzan el color, tamaño y sabor ideales evita frutos inmaduros o sobremaduros.
- Manipulación delicada: Usar cestas y técnicas suaves reduce la presión y magulladuras, previniendo pérdida de firmeza y aparición de mohos.
- Frecuencia de recolección: Recolectar varias veces por semana según el ritmo de maduración minimiza daños y garantiza uniformidad en la calidad.
3. Manejo postcosecha
La forma en que se almacenan y transportan los arándanos determina su vida útil:
- Refrigeración inmediata: Mantener los frutos a temperaturas entre 0 °C y 4 °C reduce el deterioro y la pérdida de firmeza.
- Control de humedad: Un 90-95% de humedad relativa evita deshidratación sin favorecer la proliferación de hongos.
- Envases adecuados: Utilizar cajas ventiladas y material que reduzca fricción entre los frutos protege la integridad durante el transporte.
4. Transporte y logística eficiente
- Cadena de frío continua: Asegurar que los arándanos permanezcan refrigerados desde la cosecha hasta el punto de venta mantiene su frescura.
- Transporte rápido: Minimizar tiempos de tránsito reduce la degradación de la calidad y mantiene el sabor original.
- Evitar apilamiento excesivo: La presión puede dañar los frutos, provocando pérdidas por magulladuras y mohos.
5. Estrategias adicionales para prolongar la vida útil
- Uso de recubrimientos naturales: Aplicar cera comestible o recubrimientos protectores puede disminuir la pérdida de humedad y retrasar la oxidación.
- Manejo de etileno: Evitar la exposición a frutas que producen etileno, como plátanos, ayuda a reducir el envejecimiento prematuro.
- Monitoreo constante: Revisar periódicamente los lotes permite retirar frutos dañados y prevenir la propagación de mohos.
Conclusión
Mantener la calidad del arándano requiere un enfoque integral que abarque desde la selección de variedades y manejo del cultivo, hasta técnicas de cosecha, almacenamiento y transporte. La implementación de estas estrategias asegura que los frutos conserven su sabor, textura y valor nutricional, optimizando la competitividad en mercados nacionales e internacionales y reduciendo pérdidas económicas.
Redactado por www.croper.com