Biocombustibles sostenibles a partir de microalgas. Una innovación que convierte emisiones contaminantes en energía limpia. Descubre cómo la industria y la ciencia están transformando el futuro energético del país.
La transición energética en Colombia ya no es un sueño, es una realidad en construcción. Un proyecto conjunto entre Cementos Argos, Ecopetrol y la Universidad EAFIT está revolucionando el sector con una tecnología innovadora: la producción de biocombustibles a partir de microalgas. Este avance, que ya cuenta con patente en Estados Unidos, promete ser clave en la lucha contra el cambio climático y en la transformación de la matriz energética nacional.
Pero esto no es solo un experimento. Es una solución real, probada y escalable que demuestra cómo la colaboración entre la industria y la academia puede generar impacto ambiental y económico de alto valor.
Más de 9 años de investigación: del CO₂ al combustible limpio
Todo comenzó con un reto: ¿cómo reducir la huella de carbono de la industria cementera, una de las más contaminantes del planeta?
Por cada tonelada de cemento producida, se liberan cerca de 0,9 toneladas de CO₂. Frente a esta problemática, Cementos Argos apostó por capturar y transformar ese CO₂ en energía útil. Así nació una alianza con Ecopetrol y EAFIT, que combinó experticia en biotecnología, química, energías renovables e ingeniería.
El resultado: un sistema que utiliza microalgas para capturar CO₂, generar biomasa y producir biocombustibles como gasolina, diésel y jet fuel renovables.
¿Cómo funciona el proceso?
Estas son las 5 etapas clave de esta biotecnología limpia:
- Captura de CO₂: Se recolectan los gases emitidos por los hornos cementeros.
- Cultivo de microalgas: Especies como Chlorella vulgaris se alimentan del CO₂ y crecen en fotobiorreactores.
- Producción de biomasa: Gracias a la fotosíntesis, las algas generan materia orgánica rica en lípidos.
- Obtención de biocrudo: Mediante pirólisis, la biomasa se transforma en un crudo vegetal.
- Refinación: Este biocrudo se convierte en combustibles líquidos de alto rendimiento y bajo impacto.
Impactos positivos: ambiente, economía y autosuficiencia
Reducción significativa de emisiones
Una hectárea de microalgas puede capturar hasta 20 veces más CO₂ que una hectárea de árboles. En pruebas realizadas en Medellín, se logró una reducción del 30 % de emisiones en un módulo piloto, generando al mismo tiempo combustibles para uso logístico.
Economía circular entre industrias
El CO₂, antes un desecho contaminante, se convierte ahora en materia prima energética. Además, el residuo del proceso puede utilizarse como biofertilizante, cerrando un ciclo verde entre los sectores cementero, petrolero y agrícola.
Movilidad sostenible y energía nacional
La producción de diésel y jet fuel renovables permite reducir la dependencia del diésel fósil importado, especialmente en el transporte pesado y la aviación. Ecopetrol ya evalúa su uso en su propia flota.
Proyecciones para Colombia: del piloto a la escala industrial
- Una planta piloto de 500 m² puede producir 3.000 a 5.000 litros anuales de biocombustible.
- A escala industrial (5 hectáreas), se podrían capturar hasta 5.000 toneladas de CO₂ al año y producir unos 250.000 litros de biocombustible.
- En un país con alta radiación solar, biodiversidad y disponibilidad de agua, Colombia tiene condiciones ideales para liderar este tipo de desarrollos en América Latina.
Casos internacionales que inspiran
- EE.UU.: Sapphire Energy produjo 1 millón de litros de “green crude” usados por United Airlines.
- Japón: Euglena Co. abastece con biocombustible de microalgas a vuelos de ANA.
- Brasil: Universidades desarrollan alternativas para maquinaria agrícola con algas locales.
Colombia se une a esta tendencia, con la ventaja competitiva de su clima y biodiversidad.
Desafíos para llegar más lejos
Aunque el camino es prometedor, aún quedan obstáculos:
- Costos de producción: El cultivo y refinación aún son más caros que los fósiles.
- Regulación limitada: No existe un marco normativo para biocombustibles de tercera generación.
- Infraestructura incipiente: Se necesitan biorreactores, plantas de refinación y logística especializada.
- Falta de incentivos fiscales: Como los que ya existen para biodiésel o etanol.
Conclusión: una oportunidad histórica para Colombia
Este proyecto no solo captura carbono: transforma el problema en oportunidad, con un modelo replicable para muchas industrias.
Si se supera la brecha técnica y normativa, los biocombustibles de microalgas pueden posicionar a Colombia como líder en energía verde, fortalecer su independencia energética y abrir puertas en mercados internacionales exigentes.
Redactado por Croper.com | Tecnología para el agro que transforma el país